
En Clínica Pasteur te contamos lo que necesitas saber sobre la cirugía de glaucoma, qué tipos existen, cuándo operar y cuáles son sus principales ventajas.
Si has oído hablar del glaucoma, debes saber que produce pérdida de visión de forma progresiva. Sin embargo, cuando el tratamiento médico no es suficiente ,existen distintas opciones de cirugía que permite disminuir o detener el avance de la enfermedad y cuidar la visión.
En Clínica Pasteur te contamos sobre el glaucoma, los factores de riesgo, los tipos de cirugía disponibles como tratamiento y sus principales ventajas.
El glaucoma es una enfermedad crónica de los ojos que puede causar pérdida de visión progresiva hasta producir ceguera si no es tratada a tiempo. Se ocasiona cuando se daña el nervio que se encuentra situado en la parte de atrás del ojo, conocido como nervio óptico.
Existen varios tipos de glaucoma, el más común es el glaucoma de ángulo abierto, que se produce por una obstrucción de los canales de drenaje del humor acuoso lo que produce un aumento la presión ocular.
El glaucoma de ángulo cerrado sucede cuando el ángulo entre el iris y la córnea se cierra y bloquea el drenaje del líquido ocular (humor acuoso) elevando la presión del ojo. Mientras que otros tipos de glaucoma incluyen: glaucoma congénito, que se presenta en niños que nacen con por una malformación del sistema de drenaje del ojo; y glaucoma secundario, por efecto de complicaciones de otras enfermedades de los ojos lesiones como uveítis , retinopatía diabética y trombosis de la vena central de la retina.
Si bien los síntomas del glaucoma pueden ser lentos al principio, en la mayoría de los casos no son percibidos de manera clara. Por eso, los médicos utilizan como método para detectar el glaucoma, un examen oftalmológico completo de los ojos, que incluye la medición de la presión ocular y la dilatación de las pupilas.
Aunque el glaucoma no tiene cura, el tratamiento de forma temprana y la cirugía (cuando el tratamiento médico no logra controlar la presión ocular) pueden detener el avance y el daño, protegiendo la salud visual.
El glaucoma no presenta síntomas detectables al principio, por ese motivo muchos pacientes no saben que lo tienen hasta que ha avanzado.
La visión se va perdiendo progresivamente, comenzando por la visión lateral o periférica, específicamente en el área de visión que está más cerca de la nariz.
Con el tiempo y a medida que el glaucoma empeora, se pierde la visión de forma completa de ambos costados del ojo, no pudiendo observar de lado.
Cabe destacar que sin el tratamiento adecuado, la patología del glaucoma puede causar pérdida de visión permanente y ceguera definitiva.
Si bien todas las personas pueden desarrollar la enfermedad del glaucoma, existen ciertos factores de riesgo a considerar:
Resulta esencial hablar con el médico si se tiene alguno de estos factores de riesgo para realizar los controles preventivos a tiempo. Generalmente, los chequeos oftalmológicos para pacientes con alto riesgo se deben hacer en forma anual, desde los 40 años de edad.
Reducir la presión intraocular es el mejor tratamiento para evitar el progreso de la enfermedad. El tratamiento inicial es con uso de gotas hipotensoras o láser. Cuando éstos tratamientos no son suficientes se debe acudir a la cirugía. A continuación te comentamos los tipos de cirugía que existen:
La trabeculectomía es un procedimiento quirúrgico que funciona como tratamiento del glaucoma porque sirve para reducir la presión intraocular (PIO), factor determinante de la enfermedad.
La intervención consiste en diseñar una vía de drenaje alternativa (bypass) para que el humor acuoso, es decir, el líquido que llena la cámara anterior del ojo, fluya y sea posteriormente absorbido por los vasos sanguíneos del entorno.
Esta cirugía para tratar el glaucoma es recomendada cuando los medicamentos no han podido controlar la PIO y la enfermedad sigue progresando.
La cirugía de implante para tratar el glaucoma consiste en la colocación de un pequeño dispositivo en el ojo que permite controlar la presión intraocular y evitar el daño del nervio.
Durante el procedimiento quirúrgico se coloca una válvula o tubo diminuto en el ojo que ayuda a drenar el exceso de humor acuoso creando una nueva vía de salida.
La operación de inserción de implante para tratar esta enfermedad es recomendada a pacientes que tienen alto riesgo de falla de una trabeculectomía (pacientes jóvenes, con cirugía ocular previa, glaucoma uveítico o glaucoma neovascular) o ya tienen una trabeculectomía previa fracasada.
La cirugía mínimamente invasiva (MIGS) es una de las técnicas más nuevas utilizadas para la reducción de la presión ocular y el tratamiento del glaucoma.
El procedimiento de MIGS consiste en pequeñas incisiones y la colocación de dispositivos pequeños y sofisticados para optimizar el flujo de salida del humor acuoso.
Esta cirugía, que tiene distintos beneficios como menor riesgo de complicaciones, recuperación más rápida y menos molestias postoperatorias, suele realizarse en pacientes con glaucoma de ángulo abierto leve a moderado. Puede realizarse sola o asociada a una cirugía de cataratas.
La operación de glaucoma es indicada por el médico cuando el paciente cumple con determinadas condiciones. Aquí te las comentamos:
La cirugía de glaucoma es el mejor tratamiento para prevenir la falta de visión permanente, cuando el tratamiento médico no logra controlar la presión ocular. A continuación te comentamos sus principales ventajas:
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