En Clínica Pasteur te contamos sobre la afección de cataratas, cómo se forman, qué las causan, cómo afectan la visión y por qué es importante la cirugía.
Las cataratas son una patología ocular que, a medida que avanza, afecta la visión considerablemente si no se recibe el tratamiento adecuado.
Para tratar la afección, el oftalmólogo indica intervención quirúrgica, que es un procedimiento ambulatorio muy común y, generalmente, seguro.
En Clínica Pasteur te brindamos información sobre la patología de cataratas, cómo afectan la visión, cuáles son sus causas y síntomas, y por qué es importante operarlas.
Después de los 60 años, si la visión se nubla como si estuviera empañada, es posible que se deba a la presencia de cristalinos opacos, conocidos como cataratas.
Esta condición corresponde a la pérdida de transparencia normal del cristalino, lo que produce visión borrosa e imposibilita las tareas habituales diarias.
Las cataratas se suelen desarrollar lentamente y con el correr del tiempo interfieren en la visión, lo cual sugiere evaluación y posibilidad de cirugía para retirarlas.
Detrás del iris, la parte coloreada del ojo, se encuentra el lente o cristalino, en el que se forma la patología ocular de cataratas.
El cristalino tiene por función focalizar la luz que ingresa y producir imágenes nítidas en la retina, que es una membrana sensible a la luz.
Con los años y el envejecimiento, los cristalinos se van degenerando y haciendo menos transparentes y flexibles, y más gruesos.
De a poco, se van poniendo opacas pequeñas zonas del cristalino y, con el correr del tiempo, esa opacidad se hace más densa.
Cuando las cataratas se dispersan, impiden el paso de luz a través del cristalino y en consecuencia, de la imagen nítida que debe llegar a la retina. De esa forma, la visión se vuelve borrosa.
En general, las cataratas se desarrollan en ambos ojos de forma diferente, siendo más avanzada en un ojo que en otro y provocando diferencia de visión entre ambos.
Las causas de cataratas se vinculan, principalmente, al fenómeno degenerativo de la edad o a una lesión directa en el ojo, siendo esta última de carácter traumático.
No obstante, existe más riesgo de padecerlas quienes presentan trastornos hereditarios o han tenido operaciones en los ojos vinculadas a otras afecciones.
También pueden desarrollarlas quienes tienen enfermedades de base como la diabetes o han tomado medicamentos esteroides de manera prolongada.
En algunos casos, las cataratas pueden existir desde el nacimiento, las cuales son conocidas como congénitas y provienen de la genética, una infección intrauterina o un traumatismo.
Otros factores que elevan el riesgo de desarrollar cataratas son la exposición frecuente al sol, la obesidad, el consumo excesivo de alcohol, ser fumador y tener presión arterial alta.
El principal síntoma de las cataratas es la visión opaca, borrosa o más tenue, lo cual genera dificultad para observar las imágenes, especialmente durante la noche.
Otros signos de cataratas son la pérdida de colores, la sensibilidad a la luz o el resplandor, la percepción de halos alrededor de las luces o luces más brillantes.
En etapas avanzadas, las cataratas se describen como ojos empañados, y como pupilas blanquecinas o grisáseas caracterizadas por los demás.
Ante la presencia de dichos síntomas o cambios en la visión que pueden ser indicativos de cataratas, es necesario consultar al oftalmólogo para una revisión ocular apropiada.
También es recomendable hacer la consulta al especialista si se tienen factores de riesgo para el desarrollo de la patología, como edad avanzada, antecedentes familiares y condiciones médicas (como diabetes).
Al hacer la consulta oftalmológica a tiempo, se pueden diagnosticar y tratar problemas de visión de forma precoz como las cataratas y otras afecciones oculares.
El especialista debe efectuar una serie de estudios al paciente para poder diagnosticar la patología ocular de cataratas.
Entre ellos, se encuentran: el examen de agudeza visual, el examen biomicroscópico con lámpara de hendidura y el examen de fondo de ojo.
Después de diagnosticar las cataratas, el oftalmólogo determinará si el paciente debe usar lentes recetados o someterse a la cirugía, según el grado de avance de la afección.
Los controles oftalmológicos regulares permiten detectar patologías oculares a tiempo, antes de que se transformen en problemas graves.
Ante el diagnóstico de cataratas, dichos controles son fundamentales para evaluar la progresión de la enfermedad, dado que en algunos casos puede ser lenta y en otros, más rápida.
Mediante estudios del ojo, el especialista puede determinar si el tamaño y la densidad de la catarata puede afectar la calidad de vida del paciente en su rutina.
En caso de que la catarata no sea severa, puede recetar lentes; y si lo es, evaluará la necesidad de una intervención quirúrgica para retirarla.
Además, los controles regulares permiten detectar y tratar, también, otros problemas oculares que pueden producirse al mismo tiempo que la catarata, como el glaucoma, la degeneración macular de la edad o la retinopatía diabética.
La cirugía de cataratas es una operación ambulatoria que consiste en destruir el centro opaco en el cristalino (catarata) y succionar para retirarlo.
Para este procedimiento, se colocan gotas anestésicas en el ojo a intervenir y se realizan incisiones con láser en el borde de la córnea para extraer el cristalino afectado y colocar una nueva lente.
Generalmente, no se efectúan puntos de sutura en las incisiones, dado que estas tienen la capacidad de sellarse por sí mismas.
Finalmente, se coloca un cobertor en el ojo para protegerlo después de la cirugía y se descansa de 15 a 30 minutos antes de salir del centro médico.
La recuperación postoperatoria se desarrolla durante varias semanas (aproximadamente 8), aunque la visión comienza a mejorar unos días después de la cirugía.
Suelen ser normales síntomas como picazón o leves molestias durante varios días después de la cirugía. Es fundamental en estos casos no frotarse.
El médico puede indicar parche ocular, especialmente para dormir; y gotas o medicamentos para prevenir infecciones, reducir la inflamación y controlar la presión ocular.
En Clínica Pasteur contamos con amplia experiencia en el diagnóstico y el tratamiento de cataratas, con profesionales especializados y tecnología de punta.
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