El estrabismo es una condición en la que se pierde el paralelismo de los ojos, resultando en una posición ocular anormal que impide una visión binocular adecuada.
La desviación ocular puede manifestarse en diversas direcciones: horizontalmente hacia adentro (estrabismo convergente, comúnmente conocido como «bizquera»), hacia afuera (estrabismo divergente), o verticalmente (estrabismo vertical, donde uno de los ojos se desplaza hacia arriba o hacia abajo), e incluso puede combinarse en diferentes formas.
Aunque la desviación suele ser evidente, en algunos casos es tan leve que no es perceptible. Este tipo de estrabismo puede pasar desapercibido, incluso por los padres, quienes a menudo no notan la desviación sutil.
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Causas
El estrabismo no tiene una causa única, sino que resulta de la combinación de varios factores. Se ha identificado un componente hereditario significativo que influye en el desarrollo de esta condición, que afecta aproximadamente a tres de cada 100 niños en nuestro país. Otros factores conocidos incluyen defectos refractivos como la hipermetropía, infecciones y traumatismos. En los adultos, el estrabismo generalmente se debe a traumatismos, tumores, enfermedades vasculares, musculares y de la tiroides.
Síntomas
En los niños, los síntomas más comunes incluyen posiciones anormales de la cabeza para intentar alinear los ojos, la desviación de uno de los ojos, y una disminución de la agudeza visual en un ojo en comparación con el otro (ambliopía). En los adultos, el estrabismo a menudo se manifiesta como visión doble (diplopía) y la pérdida de percepción de distancias y relieves debido a la falta de visión binocular.
En los niños pequeños, el tratamiento suele consistir en aplicar técnicas como cubrir o parchear el ojo «bueno» para obligar al ojo «afectado» a adoptar una posición adecuada y mejorar su visión. Este enfoque puede complementarse con el uso de gafas, especialmente en casos de hipermetropía o defectos refractivos significativos, para corregir problemas ópticos que contribuyen al estrabismo.
En algunos casos, cuando el tratamiento médico no resulta suficiente y la desviación ocular persiste, puede ser necesario recurrir a la cirugía como complemento. El tratamiento quirúrgico es un procedimiento seguro y eficaz para ajustar la fuerza de los músculos del ojo, ya sea fortaleciéndolos o debilitándolos. La cirugía puede realizarse en uno o en ambos músculos del ojo, dependiendo de la necesidad específica del paciente.
Intervención Quirúrgica
La cirugía de estrabismo implica ajustar los músculos responsables del movimiento ocular mediante técnicas como acortamiento, retroceso, fijación posterior o desplazamiento parcial o total. Su objetivo es mejorar el alineamiento de los ejes visuales para favorecer el desarrollo o la recuperación de la visión binocular, aunque no afecta la agudeza visual.
Procedimiento en la Cirugía de Estrabismo
Antes de la cirugía, se calcula la intervención necesaria en milímetros para los músculos, utilizando reflejos corneales en lactantes y estudios de los movimientos oculares. Este cálculo es aproximado, ya que los músculos vivos responden de manera individual a las modificaciones, con una tasa de éxito que varía entre el 60% y el 80%, dependiendo del tipo de estrabismo.
Cuidados Pre y Postoperatorios
Los cuidados pre y postoperatorios deben seguirse según las indicaciones del médico. El paciente debe llegar al centro con un acompañante, cumpliendo con instrucciones sobre ayuno, medicamentos y exámenes preoperatorios. Es crucial presentarse 30 minutos antes de la cirugía para completar trámites y firmar el consentimiento informado. Después de la cirugía, se deben evitar alimentos sólidos y bebidas gaseosas, y seguir las indicaciones del médico rigurosamente.
Expectativas Postoperatorias
La cirugía busca mejorar o desarrollar la visión binocular. A menudo, se requieren varias operaciones para lograr una alineación óptima. Incluso con un resultado inicial exitoso, la recuperación puede ser parcial o no mejorar, y los resultados pueden deteriorarse con el tiempo, necesitando posibles intervenciones adicionales.
Toda cirugía conlleva riesgos, y la de estrabismo no es una excepción. Aunque las complicaciones son poco frecuentes, pueden ocurrir, siendo la más común la necesidad de una segunda intervención para alcanzar los resultados deseados. Es habitual requerir múltiples procedimientos para lograr un alineamiento satisfactorio de los ejes visuales.
Además, si la visión binocular no se desarrolla adecuadamente, un resultado inicial positivo puede deteriorarse con el tiempo, requiriendo nuevas intervenciones, a veces años después. La cirugía se realiza con anestesia general en niños y puede ser general o local en adultos.
Riesgos y Complicaciones
Prevención
Es crucial que todos los recién nacidos sean evaluados por un oftalmólogo desde el nacimiento para determinar y monitorear el desarrollo visual en los primeros meses de vida. Los niños con estrabismo deben ser diagnosticados y tratados a tiempo para identificar las causas subyacentes, evitar o tratar la ambliopía, y descartar patologías oculares asociadas, como cataratas o lesiones retinianas, así como enfermedades del sistema nervioso central. El seguimiento del estrabismo debe continuar hasta la adolescencia, incluso si la apariencia estética parece normal.
