En Clínica Pasteur te contamos qué es y en qué consiste la operación de Pterigion, como una medida óptima para el tratamiento de esta afección ocular.
El Pterigion es una de las afecciones oculares benignas más frecuentes, que aparece en la parte interna del ojo, en la conjuntiva del lado de la nariz.
Su crecimiento, que se desarrolla desde la parte externa de la córnea hacia la central y puede afectar a ambos ojos, suele ocasionar irritación y alteraciones visuales.
En Clínica Pasteur te contamos más en detalle sobre esta patología, sus causas, sus síntomas, la importancia del diagnóstico y la necesidad de operación.
Cuando aparece un tejido anormal en la conjuntiva, la capa fina y transparente que recubre la parte externa del ojo, es posible que se trate de Pterigion.
La inflamación del Pterigion puede extenderse desde el área blanca del ojo hacia la córnea y es producto, a menudo, de la falta de lubricación ocular debido a distintos factores.
Además, este tejido conjuntival anormal y con forma triangular sobre la córnea, intensifica su crecimiento cuando interfiere con la acción de las lágrimas.
Si bien las principales causas del Pterigión son desconocidas, existen factores que se cree que influyen en su crecimiento anómalo. Conócelos:
Un factor de riesgo para el crecimiento de Pterigion es la exposición prolongada al sol, precisamente a los rayos UV, que hacen que el tejido se inflame y produzca dolor.
La exposición seguida del ojo al sol y al viento puede empeorar el Pterigion, por lo que es necesario utilizar lentes de protección solar para reducir el riesgo de la afección.
También se estima que otro factor de riesgo del Pterigión son los antecedentes familiares respecto a la patología, lo que indica que la condición podría heredarse.
Además, quienes trabajan al aire libre pueden ser más propensos a la afección, debido a la exposición prolongada al sol y a los polvos del aire, junto a la sequedad ocular.
El Pterigión puede ser asintomático en fases iniciales y a medida que avanza, percibirse a simple vista como una tela blanca en el ojo.
Entre los síntomas posibles que puede ocasionar el Pterigion se encuentran el enrojecimiento ocular, la sensación de cuerpo extraño y el lagrimeo.
También, el Pterigión puede producir sensación de quemazón y sequedad en el ojo, picazón, pesadez en el ojo, sensibilidad a la luz y visión distorsionada.
En pacientes con lentes de contacto, puede dificultar el uso de dichos lentes debido a la protuberancia que interfiere en la colocación y comodidad.
Cabe señalar que cuanto más crece el Pterigion más graves son los síntomas y la afección, dado que lo hace hacia la córnea y con tendencia a la inflamación.
Así, el Pterigion puede perjudicar la visión, provocando astigmatismo, y progresar hasta terminar en la parte central del ojo.
Ante dichas molestias oculares es importante acudir a la consulta oftalmológica de manera inmediata, así como también ante cualquier dificultad ocular.
Además, es recomendable consultar al oftalmólogo si se tiene antecedentes familiares con la afección, para poder realizar un estudio ocular completo.
Para diagnosticar el Pterigión, el médico oftalmólogo debe realizar un estudio completo de la superficie ocular para poder identificarlo.
En una cantidad mínima de casos, el especialista puede necesitar biopsiar la alteración para analizarla con más detenimiento bajo un microscopio.
De esa manera, el médico puede diferenciar esta lesión conjuntival de otras afecciones similares, que son consideradas malignas.
El Pterigion se debe extirpar cuando está llegando a la córnea, dado que se considera un cuadro agravado al afectar directamente la visión.
Además, dicha situación hace que el paciente tenga la sensación de un cuerpo extraño sin mejoría con medicamentos, causando dolor y coloración rojiza crónica, a medida que la afección avanza.
Cabe señalar, que la operación de Pterigion se recomienda en pacientes mayores de 40 años, con el objetivo de reducir el riesgo de recidiva.
Para hacer la operación de Pterigión, el paciente debe estar con el ojo abierto con un separador para que el cirujano extraiga el tejido anormal.
Al comenzar, se le aplica anestesia local, se retira el tejido alterado y se injerta tejido sano de la conjuntiva que se extrae del propio ojo del paciente.
La anestesia se desarrolla con la colocación de gotas sedantes en el ojo, que adormecen la superficie ocular y los tejidos circundantes.
Este procedimiento, de una hora aproximadamente, finaliza adhiriendo el tejido sano con puntos de sutura absorbibles o adhesivo tisular.
Cabe señalar, que para que el especialista pueda efectuar esta técnica de cirugía convencional, el paciente debe someterse previamente a una exploración ocular completa.
Después de la cirugía, el paciente saldrá de hospitalización por sus propios medios, llevando sólo un parche en el ojo, el cual puede retirarse pasadas las primeras 24 horas.
En los primeros días, el paciente puede experimentar molestias leves, como tener la sensación de arenilla, así como también una visión borrosa, enrojecimiento y lagrimeo.
Aunque las marcas de la intervención pueden tardar algunas semanas en retirarse, la recuperación de la operación suele ser rápida.
Cabe destacar que, tras la cirugía, los controles oftalmológicos periódicos resultan esenciales, para prevenir recurrencias de la afección y otras enfermedades oculares que pueden afectar la visión con el tiempo.
En Clínica Oftalmológica Pasteur somos especialistas en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades oculares como el Pterigión.
Contamos con un equipo médico especializado en las distintas afecciones, que son referentes nacionales en medicina oftalmológica.
Nos avala una amplia experiencia con pacientes, en la resolución de enfermedades que afectan la visión, mediante la aplicación de los más avanzados tratamientos.
Además contamos con tecnología quirúrgica y de diagnóstico de última generación, para la detección y el tratamiento de afecciones oculares.
Recuerda que la detección temprana de patologías oculares y su tratamiento precoz son fundamentales para llevar una salud visual óptima.
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